29 de octubre de 2010

Desmadre a la Española (uno más)

Que la FEB ha perdido todo el interés en la organización de sus competiciones domésticas es un hecho constatable. A lo largo de los últimos años, el ente federativo se ha destapado con la creación de una liga que no ha sobrevivido a su segunda temporada (la LEB Bronce), ha desarmado la tercera categoría del baloncesto nacional (la LEB Plata) y ha modificado el sistema de competición de su liga estrella (la LEB Oro), para volver al formato anterior tan sólo dos años después.

Tal concatenación de despropósitos le hubiera costado el puesto al trabajador de turno de cualquier empresa del sector privado, pero he aquí que, en esta federación, el ideólogo de semejantes tropelías se mantiene impasible en el sillón de su despacho de la Avenida de Burgos en Madrid. Como decía aquel, los mayores errores no son aquellos que se hacen a voluntad, sino los que no se reconocen.

En la Liga EBA la lista de calamidades es interminable. Podríamos hablar de la injusta división geográfica de los grupos (hecha a medida de las autonómicas más poderosas); de su composición (con el doble de equipos en una conferencia que en otra); e incluso de los sistemas de juego, distintos para cada grupo (son las federaciones quienes conciertan en cada caso cuántos bajan y quiénes suben en su lugar).

Vayamos al grano

Sin embargo, en esta ocasión nos gustaría llamar la atención sobre las bases de competición que figuran en la página web de la FEB y que, suponemos, son las oficiales (no podría ser de otra forma). Según ellas, son los tres primeros clasificados de cada uno de los cinco grupos los que logran su calificación para las eliminatorias de ascenso, además del cuarto del mejor grupo de los últimos años (16 en total).

En ese lapso de tiempo, han sido precisamente los equipos de la cornisa cantábrica los que han cosechado los mejores resultados (como reconocen, por otra parte, las propias bases de competición). Así que resulta incomprensible que la FEB indique, sólo unas líneas más arriba, que en el Grupo A de la Liga EBA (recordemos, dividido en dos subgrupos) tengan que disputar una eliminatoria los tres primeros de cada subgrupo (seis en total) para determinar los tres que se clasifican (y no cuatro):

-Cruce 1:   3º clasificado del AA-1º clasificado del AB
-Cruce 2:   1º clasificado del AB-3º clasificado del AA
-Cruce 3:   2º clasificado del AA-2º clasificado del AB

Por cierto, no estaría nada mal que la FEB aclarase cuál de los vencedores de las tres eliminatorias pasa como primero de la conferencia, cuál como segundo y cuál como tercero, ya que dependiendo del puesto que ocupen, a cada equipo le tocará una parte distinta del cuadro. Puestos a pedir, la FEB también debería aclarar si efectivamente el Grupo AA es el gallego (como indican sus bases) o el cántabro (como figura en su panel de resultados).

Para cerrar este cúmulo de calamidades, una última: concluida la temporada regular, y ya decididos los equipos descendidos a Primera División, los situados entre el cuarto y el último puesto deberán disputar una apasionante eliminatoria contra el equipo clasificado en su misma posición, pero del subgrupo contrario. Así, por ejemplo, el 5º del AA y el 5º del AB se medirán para dirimir cuál de ellos acaba 9º y cuál 10º. Gracias a este abracadábrico movimiento, la temporada acabará el 17 de abril y no el 25 de marzo. Son unos genios


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org