11 de enero de 2011

Las notas del SAB

Finiquitada la primera vuelta liguera y a punto de comenzar la segunda, ha llegado el momento de analizar el rendimiento del conjunto torrelaveguense, desde la junta directiva hasta el técnico, pasando por cada uno de los jugadores. Como a cualquier estudiante, el boletín evaluatorio hará justicia al trabajo realizado. Conclusión global: hay un alumno aventajado (Jorge León), una amplia mayoría que progresa adecuadamente y un rutilante bloque de fichajes que necesita mejorar por el bien del equipo.

Alberto de la Guerra:  5  (suficiente)

Lo que se presumía como un año histórico para el base torrelaveguense se ha trasformado en un auténtico calvario de lesiones que le han impedido disfrutar de esta fantástica aventura. Debutaba en la quinta jornada ante su público, en el mejor partido de la temporada para los pupilos de Pope Béjar. Un rival de enjundia como el Universidad de Valladolid se convertía en víctima propiciatoria para el huracán de juego de los torrelaveguenses (participaba de manera activa con 14 minutos en pista). Con 32 minutos en la derrota ante el Hormigones Sierra parecían olvidados sus problemas físicos, pero nada más lejos de la realidad. Tan sólo ha podido disputar cinco partidos y sus bajos porcentajes en el lanzamiento exterior (25% de efectividad en triples) muestran a las claras que algo no estaba bien. Ha dejado destellos de su clase en la dirección, promediando 2'4 asistencias por encuentro, pero su participación futura es toda una incógnita. Recupérate crack.

Pablo Torralbo:  6  (bien)

Situación similar a la de Pablo Martínez, debutar en una competición superior y en un puesto donde no exprimes todo tu potencial condiciona a cualquier jugador. Pope le confió el roll de base titular consciente del desierto existente en esa demarcación con la ausencia de los Albertos, y ese peso le supuso una losa demasiado pesada en los dos primeros meses de competición. Tras su ausencia en la jornada octava, retornó a las pistas con otro brío muy diferente, más atrevido (ya no teme levantar la cabeza y mirar el aro), dándonos muestras de ese exterior superlativo que maravilló el curso pasado a toda la región con sus actuaciones como junior en la Primera División. Los 7 puntos y 5 asistencias ante el Deportes Ferrer fueron la piedra de toque de la nueva versión del santanderino. Aún le queda mucho trabajo, pero la línea es ascendente.

Pablo Martínez:  6  (bien)

El joven exterior torrelaveguense ha superado su debut en competición nacional con una nota más que aceptable. Ha disfrutado de mucho protagonismo en una posición (base) donde se siente demasiado encorsetado. Poco a poco ha crecido, fundamentando ese desarrollo en un trabajo inconmensurable en las labores defensivas (sangre, sudor y piernas, muchas piernas). Básico en la victoria en Durango en la tercera jornada (con 9 puntos y una gran dirección), jugar de inicio le otorga una confianza que se plasma en cada acción. Debe mejorar su acierto desde la línea de 6'25 metros (donde posee un discreto 6%) y tomar con firmeza el roll de playmaker, especialmente a la hora de repartir juego, aunque promedia casi dos asistencias por partido. Veremos su mejor versión cuando juegue de escolta.

Jaime García:  4  (suspenso)

Insuficiente a todas luces para el alero de Herrera de Camargo, que llegaba desde tierras renedanas como un referente exterior claro para los torrelaveguenses. Perdido en algunas acciones impropias de un jugador de sus características, suma más de tres pérdidas por partido en situaciones donde una resolución pragmática finiquitaría el dilema. La mayor se encuentra en su obsesión por la línea de 6'25 metros: lanza más de tres puntos que de dos, ha intentado 73 triples a lo largo de la primera vuelta con un 23% de acierto. Sus oponentes le conceden un metro de distancia y le invitan a tirar, frenando la mejor opción ofensiva del joven escolta, la penetración. Y a pesar de su selección de tiro, promedia más de 11 puntos por tarde, a lo que suma 2'3 asistencias: la clase no se puede esconder. Se espera más de él, 2011 debe ser el año de su eclosión.

Álvaro Teja:  6  (bien)

Su rendimiento es irregular e inconsistente, sufre las lógicas fluctuaciones de un jugador joven y talentoso que no ha consolidado su posición dentro del equipo. La importancia de Koffin en los esquemas de Pope Béjar es un auténtico misterio, por momentos parece titular indiscutible, en otras situaciones visita el banco para ser olvidado como último reducto. En el debut ante su público, exhibió su amplísimo abanico ofensivo (22 puntos) en un duelo cuerpo a cuerpo con uno de los exteriores más completos de la liga, Iñaki Muñoz. Desatado en la quinta jornada, le enchufó 30 puntos (con 6/7 en triples) al Universidad de Valladolid. Poco participativo en el último mes de competición, su porcentajes en tiros de campo siguen siendo aceptables (43%), aunque para engrandecer su figura dentro del equipo tiene que convertirse en una alternativa notable para un ataque con tan poco acierto como el torrelaveguense.

Javier Iturregui:  5  (suficiente)

El alero torrelaveguense podría escribir un libro sobre su primera experiencia en la Liga EBA, La Odisea de Itu llevaría por título. En ella, el protagonista comenzaría la temporada jugando de inicio ante el Universidad de Burgos y realizando un partido notable, 11 puntos y 7 rebotes, siendo clave para igualar el envite en los últimos minutos. Poco a poco caería en desgracia, a pesar de algún partido con una estadística formidable (12 puntos y 5 rebotes en la tercera jornada en Amorebieta con victoria incluida). Durante los dos últimos meses se encuentra fuera de la rotación, a excepción de los minutos que le concedió Pope ante Ventanas Arsán, en el último cuarto y con 40 puntos en contra. Itu es un tirador y su roll en el equipo está claro, tirar. No es la solución de todos los males torrelaveguenses, pero dentro de un bloque que no mete una de lejos (28% global desde la línea de tres puntos) suprimir al tirador por excelencia del equipo parece ilógico.


Carlos Blanco:  7  (notable)

Carlos ha renacido tras semanas lejos de las pistas por decisión técnica. Desde la jornada cuarta hasta la sexta (ambas incluidas) el alero no contó en la rotación de Pope Béjar, incluso se le vió hipernervioso y cariacontecido en el banquillo torrelaveguense. Después del mes de asueto inicial, su rendimiento ha sido espectacular, convirtiéndose en una pieza clave en los esquemas, con más de 25 mintos de promedio en las seis últimas jornadas. La contradicción para el alero es que su mejor momento de forma viene acompañado del desplome del equipo, que sólo ha sumado un triunfo con él en el quinteto inicial. Comienzo turbulento de curso del cual ha sabido sobreponerse con nota, adornándolo con sus clásicos gestos a la grada tras cada canasta, con una gran aceptación entre su parroquia. La línea emergente debe continuar, pero arrastrando consigo a sus compañeros.

Álvaro Fernández:  5  (suficiente)

La predilección que sentimos por los jugadores jóvenes y talentosos sufre con Basu un aumento notable, al ver el carácter trabajador, honesto y eficiente de este pívot de futuro, con una limitada participación en la Liga EBA. El trabajo específíco que el club está desarrollando con él (sesiones personales de técnica individual) tiene un reflejo directo en la escandalosa mejora que ha sufrido su juego, sólo atisbable en los encuentros amistosos. Con poco más de cinco minutos de media repartidos en ocho jornadas ligueras, el crecimiento del jugador terminará por frenarse tras dos temporadas en las que ha encontrado dos clubes con ganas de darle protagonismo, pero sin un hábitat donde explotarlo. La sensación es que jugando algún viernes en Primera División con el conjunto filial, el propio jugador podría ver su rendimiento real en competición oficial, algo que no perjudicaría su presencia en el primer equipo. Esperemos que el gélido banco no hiele sus esperanzas de ser mejor. Ánimo.

Miguel Jenaro:  3  (suspenso)

Suspende el jugador santanderino, uno de los fichajes estelares de la temporada, que sólo ha mostrado su potencialidad en un par de semanas durante los albores del curso deportivo. Curiosamente ambas coincidieron con sendas victorias de los torrelaveguenses (jornadas 2 y 3), moviéndose con comodidad en las dobles figuras. A partir de ahí, su rendimiento se ha desplomado. Muchas faltas a destiempo (líder en esta faceta de la competición durante gran parte de la misma), puntos cuando el partido estaba decidido y una sensación de impotencia que le ha hecho coquetear incluso con el banquillo (en las últimas fechas ya no aparecía en el cinco inicial). No sólo no ha sabido aprovecharse de los espacios que crea Jorge León, sino que además se ha visto superado por rivales de un caché notoriamente inferior. Descentrado y desaforado (técnicas incluidas), necesita mejorar.

Juanma Fernández:  4  (suspenso)

Suspenso menor en su primera temporada en el conjunto torrelaveguense. Era contratado con la jurisdicción clara de tercer interior (tras Jorge León y Miguel Jenaro), siendo el año que más oportunidades ofensivas iba a gozar en su trayectoria deportiva. Ha contado con minutos, más de 20 por encuentro, y con protagonismo (saliendo cuatro veces en el quinteto titular), pero no ha respondido. Su contundencia bajo los aros se ha visto disminuida en numerosas ocasiones y, a pesar de su intensidad bajo los tableros (más de 4 rebotes por partido), su listón debe estar colocado por encima. En un equipo donde meter una canasta es un triunfo, está obligado a espabilar de cara al aro porque un 32% en tiros de campo para un jugador interior es francamente decepcionante. Con su actitud combativa en la pista tendrá ganado el favor de la grada, y de esta forma todo será más sencillo.

Jorge León:  8  (notable alto)

Extraordinario arranque de temporada del jugador suancino. Es el referente indiscutible del conjunto torrelaveguense, un center que ha aprendido de sus errores y ha sabido rectificarlos para convertirse en el indudable Rey León de la zona. Se le vio en los albores de la temporada demasiado pendiente de las decisiones arbitrales y cometiendo faltas estúpidas, algo que lastró su rendimiento, llegando al cénit con sus 14 minutos ante el Hormigones Sierra en la séptima jornada. Tras tocar fondo y analizar el daño que hacía a su equipo con esas actuaciones, se ha destapado con 17'5 puntos y 10'5 rebotes, con un espectacular 62% en tiros de campo por encuentro. Es el único que rema cuando arrecia la tormenta y esa soledad ofensiva ha propiciado que los conjuntos rivales le hagan un dos (e incluso tres) contra uno cada vez que recibía el balón, del cual los compañeros no han sabido sacar provecho.

Pope Béjar:  3  (suspenso)

Su equipo está en la novena posición de la tabla con tan sólo cuatro victorias y siete derrotas. Él es el máximo responsable del devenir de este conjunto (no el único) y, teniendo en cuenta que en la jornada quinta el balance era tres triunfos y dos derrotas, la situación en estos dos últimos meses se puede calificar como preocupante. Los atisbos de equipo anotador, de transición fácil y puntos rápidos se han desplomado a una velocidad de vértigo (es el equipo que menos puntos anota de la competición). Incapaces de encontrar soluciones a las diferentes defensas zonales planteadas por los rivales (todo o nada al triple), con un balance defensivo lento, unos rolles desajustados (como la distribución de minutos en pista) y una actitud colectiva de aparente desidia, el partido contra Ventanas Arsán significó el apogeo de los defectos inherentes al juego de los torrelaveguenses. Su gran objetivo debe ser cambiar una dinámica de grupo que parece desvanecerse y reconducir con su experiencia y sus conocimientos a un equipo tocado pero no hundido.

Junta directiva:  7  (notable)

El proyecto era muy ambicioso, crear un conjunto con jugadores únicamente cántabros y la confección inicial, ajustada al presupuesto, parecía apropiada. La baja de los Albertos abrió un frente en la plantilla en la posición de base que aún sigue abierto, debido a la ausencia prolongada de los mismos. Hacia ese puesto deberían encaminarse los teóricos refuerzos, pero la dificultad existente en el mercado (por la filosofia del club y monetaria) indican que no llegará nadie. La campaña de socios fue un acierto, Torrelavega respondió con asistencias cercanas a los 700 espectadores, una cifra que, con una respuesta positiva del equipo, se hubiese convertido en mayor (desgraciadamente la temporada del SAB ha despoblado en parte las gradas del Vicente Trueba). Además, desde el club se sigue cuidando la cantera, un punto a favor, porque es el futuro de la entidad. Notable inicio de campaña para esta directiva novel


JOSÉ ÁNGEL DURÁN AGUIRRE | www.algosemueve.org