4 de noviembre de 2013

Por inercia

Apuntes del Pas Piélagos 71-61 Askartza Claret

Números que no cuadran:  Resulta difícil de explicar que un equipo que captura 19 rebotes en ataque y que acumula 81 tiros de campo (30 más que su adversario, sin computar los que acabaron en tiros libres) acabe perdiendo claramente un partido. Dos posibles diagnósticos: el primero de ellos, la acumulación de faltas personales (sin solución de continuidad) de Fernando Herrero, el hombre llamado a cerrar el aro renedano; y la segunda, la evidente carestía de talento del cuadro leioarra, incapaz de mantener un porcentaje digno en sus lanzamientos, y no solo desde la (abusada) larga distancia, sino también en sus segundas, terceras y hasta cuartas opciones debajo del aro. En condiciones normales y ante un rival de corte medio, los renedanos hubieran pagado con la derrota semejantes estadísticas.

Dudas razonables:  Son varios los jugadores de la plantilla pielaguista que se encuentran lejos de su estado óptimo de confianza. Seguro que como consecuencia de ello, los pasistas acumularon una ingente suma de pérdidas de balón (23) y naufragaron en la desesperada presión ordenada en los minutos finales por el técnico visitante (con una encomiable actitud de los rojillos). No parecen cuestiones que no puedan resolverse con el paso de las jornadas. Más preocupación genera la rotación interior, especialmente cuando medien lesiones y personales, y eso a pesar del modélico proceso de integración de Jesús Cotera o de los eficientes minutos en pista de Héctor Cayón. Hombres de la experiencia y las características de Fernando Herrero solo hay uno y su papel en este equipo resulta capital.


Tiempo al tiempo:  La suerte para el cuadro pielaguista es que no son muchos los equipos poseen una pareja de jugadores interiores como la formada por Álvaro Lombera y Sergio Rodríguez (por poner un ejemplo), de la misma forma que tampoco son abundantes dúos como el constituido por David García Peña y Miguel Ángel Blanco (providencial una vez más). Con las dos mejores escuadras de la temporada pasada fuera de este combate, un puñado de equipos con la calidad justa para luchar por la permanencia en la categoría y una clase media a la que mirar a la cara, este Pas Piélagos debería ser ambicioso y fijarse la parte noble de la clasificación como objetivo ineludible; sin prisa, porque esto no ha hecho más que comenzar, pero sin pausa, porque la liga dura un suspiro. Fotografía | David Cuesta


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org