Su granito de arena: Si en la primera jornada fue Jorge Barquín el gran ausente, en la segunda lo ha sido su colega Jaime Aguilar. El jugador solariego no ha desaprovechado la oportunidad para mostrar sus credenciales como maestro de ceremonias. Las cuatro faltas personales le restaron tiempo en cancha, pero a su sustituto (y debutante en la categoría) Andrés Pariente no le tembló la batuta; tampoco el pulso a Pablo Obregón (en un solo día, tantos triples como en toda su etapa pasista en la Liga EBA), ni a Pablo Torralbo, ni a Fernando Madina. Los tres anotaron desde la línea de 6'75 en sus escasos minutos en pista, elevando los porcentajes de unos desafortunados (aunque no por ello menos imprescindibles) Miguel Ángel Blanco (1/7) y Pablo Sánchez (3/10). El santanderino, imperial en el rebote defensivo (13 capturas).
El efecto de la gravedad: El Askartza Claret salió vencedor (in extremis) del primer asalto (16-17), mantuvo el tipo en el segundo (39-33) y finalmente se desmoronó en el tercero. Los leioarras evidenciaron en el Palacio de Deportes sus tradicionales dificultades para encontrar la senda hacia el aro contrario. En la retaguardia sufrieron en sus propias carnes la explosiva actuación de Nico Díaz (13 puntos), un hombre capaz de bloquear la alfombra de baile de la Play-Station; ¡vaya juego de pies! Las dos primeras jornadas han desechado la teoría de la suma de centímetros: la coincidencia en cancha del ex-ucebista (pongamos 1'92) y del americano (pongamos 1'94) no ha lastrado, ni mucho menos, la eficiencia del juego interior del conjunto morado. Su quinteto inicial no superaba los 1'88 metros de media.
Una jornada redonda: A la victoria por 24 puntos de diferencia (uno más y se hubiera colocado líder), la cornada a uno de los rivales directos en la lucha por la permanencia y la aparición de los actores de reparto hay que añadir una cuestión no menor: la notable asistencia de aficionados, apoyada por la presencia de las categorías inferiores del club. El dos de dos aportará una buena dosis de serenidad a protagonistas y seguidores, pero sobre todo un tranquilizador colchón clasificatorio ante los dos miuras que se le vienen encima a la escuadra morada (ahora negra): el Easo ST y el CB Santurtzi. Con una sola victoria en esa dupla de encuentros, el arranque sería de matrícula de honor; sumarla el próximo domingo en Bidebieta, una auténtica proeza. Fotografía | algosemueve
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org
