19 de octubre de 2015

Un combate de poder a poder

Apuntes del Pas Piélagos 88-83 Igualatorio Cantabria

Para enmarcar:  No se pueden calificar de otra manera los primeros 25 minutos de un gran Igualatorio Cantabria en el Fernando Expósito. Los santanderinos aplacaron la salida en tromba del conjunto renedano (8-2) y se lanzaron sin miramientos a la yugular de su rival. Con el nivel defensivo propio de los equipos dirigidos por Chisco Marañón, un reguero de recuperaciones culminadas en sendos contraataques y buenas decisiones en el capítulo ofensivo, los estelistas lanzaron a la lona a su adversario, incapaz de reaccionar ante el tsunami baloncestístico que se le venía encima (21-38). Con su referencia interior, Paul Larsen, en la grada (problemas con el tránsfer), el CD Estela se quedó a tan solo un croché del K.O. técnico: los pasistas se agarraron a las cuerdas y llegaron erguidos al toque de campana. Poca diferencia en el marcador (34-45) para tanta-tanta sobre la cancha.

Campo de minas:  Con la ventaja estabilizada en el entorno de los 15 puntos, José Ignacio Álvaro recurrió a varias defensas zonales para cambiar la dinámica del encuentro, y vaya si lo consiguió. A partir de ese momento, los pielaguistas cerraron la compuerta de las canastas fáciles y convirtieron cada ataque del conjunto capitalino en una auténtica tortura. En otra de sus actuaciones para la posteridad (y van...), comandó la remontada el héroe local, un exhausto David García Peña (25 puntos y 8 asistencias), pero fue su compañero Pape Abdoulaye (22+9, en su versión ferrolana) quien palmeó la canasta de la igualada (76-76). El CD Estela dispuso de la oportunidad para resarcirse de sus pecados en la última jugada; sin embargo, mandó la bola a la banda. En el ataque postrero, Miguel Molina asaltó el escalafón competencial y su tiro no tocó el hierro. A la prórroga.


Aparece el público:  Igualados a puntos, con los dos combatientes al límite de sus fuerzas y dos rotaciones que no superaban los ocho efectivos, el Pas Piélagos se agarró al factor anímico para desequilibrar la balanza. El calvario que han soportado los aficionados pielaguistas a lo largo del último año ha devenido este domingo en su particular domingo de resurrección. Contagiado por ese ambiente, un (hasta ese momento) desaparecido Julio de Assis ha tomado la responsabilidad desde la línea de 6'75 y ha anotado el tiro capital para la suerte del derbi (83-81). El Igualatorio Cantabria, obsesionado desde esa distancia (43 triples en todo el encuentro, entre ellos prácticamente todos sus ataques en la prórroga), ha certificado la derrota con una pérdida en medio campo y la posterior antideportiva. Castigo tan duro como inesperado para quien dominó los primeros asaltos a placer.

Reconciliación:  Después de una semana alterada por las declaraciones del técnico pielaguista, parece que la concordia vuelve a reinar en la relación entre ambas entidades, históricamente exquisita. Los presidentes departieron en los minutos previos al encuentro (imaginamos que con el objetivo de limar asperezas), los entrenadores se saludaron de manera deportiva a la conclusión del choque (a pesar de lo vibrante del derbi) y los aficionados de uno y otro bando mostraron un comportamiento respetuoso en la victoria y en la derrota (no faltaron los aplausos a las acciones más brillantes del oponente). Ambiente de gala en Renedo, seguramente el más bonito que recordamos en cinco años de seguimiento a la Liga EBA, en una jornada que debería reconfortarnos como seguidores de este deporte. Felicidades a los dos contendientes. Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org