13 de julio de 2011

El colmo de la desvergüenza

Definitivamente, la FEB ha perdido la poca vergüenza que le quedaba. Sospechábamos que el éxito de las selecciones nacionales la había catapultado a algún lugar indeterminado entre la estratosfera y la mesosfera. Conocíamos también el modus operandi de su presidente, capaz de menoscabar el nombre de la asociación que sostiene a sus equipos nacionales (ACB) o de poner en cuestión la limpieza de la organización a la que pertenece (COE). Incluso sabíamos de las prácticas informativas, de dudosa deontología, de su renovado departamento de prensa. Lo que jamás hubiéramos pensado es que la FEB (un organismo de interés público y multisubvencionado) podría caer en el cinismo impúdico como herramienta de trabajo:

Desde hace varias temporadas no se producía una respuesta tan positiva de los clubes que han copado las 18 plazas disponibles para Adecco Oro y las 14 de Liga Femenina, con un total de 150 presentando solicitud de inscripción para las competiciones FEB. Las primeras competiciones masculina y femenina organizadas por la FEB siguen contando con el respaldo mayoritario de sus clubes, dándose incluso la circunstancia de que varios proyectos han quedado en lista de espera a la espera de alguna contingencia que les permitiera su acceso a la competición. Esta es la nota de prensa con la que la FEB ha despachado las inscripciones.

Un par de objeciones

En primer lugar, la FEB presume del respaldo mayoritario que le han proporcionado los clubes, cuando lo cierto es que no disponen de otra alternativa posible (como la telefonía en los 80 y 90). Los clubes con aspiraciones deportivas no tienen más remedio que entrar a formar parte del entramado federativo (por bemoles). Es más, después de tres semanas de contacto con ellos, podemos constatar que la situación es más bien la contraria y que el grado de hartazgo subyacente rebasa lo saludable. La FEB haría bien en reconsiderar su relación con los clubes, especialmente con los que pueblan las categorías bajas del baloncesto español, porque su paciencia ronda la línea roja.

En segundo lugar, resulta criticable que la FEB acuda al impacto que causan las grandes cifras para impresionarnos con sus 150 aspirantes. Contextualizado, el hecho constatable es que las competiciones federativas preveían un total de 176 participantes para esta temporada, con lo que el número de plazas sin cubrir ascendería a 26. Peor todavía: la FEB debería preocuparse por un dato más alarmente y es que en estos momentos el número de equipos admitidos es de 118, así que son 32 los clubes incapaces de cumplir sus exigentes requisitos. Si el plazo no se hubiera prorrogado, la cifra de vacantes en sus cinco competiciones (Oro, Plata, LF, LF2 y EBA) rozaría la tercera parte (58).

Así quedan las competiciones

A la espera de que se cierre la prórroga de dos semanas extra, en la Liga LEB Plata son siete los equipos que reúnen todas las condiciones para participar: COB Ourense (GAL), BC Andorra (AND), CB Prat (CAT), Óbila CB (CL), FC Barcelona B (CAT), Araberri BC (EUS) y Tenerife Baloncesto (CAN). Casi la mitad de ellos (tres) son adscritos a la federación catalana y dos pertenecen a la estructura de clubes ACB. En la lista de inadmitidos se barajan nombres como los de ADT Tarragona, Ambroz Plasencia, Oviedo CB, Bàsquet Coruña, CB Santurtzi, Gandia Bàsquet y ABP Badajoz. Tampoco figura entre los afortunados el CD Estela, que deberá subsanar la documentación que presentó.

En la Liga EBA, la FEB ha dado el visto bueno a Estudiantes Lugo, CB Chantada, Santiago Apóstol (GAL), Universidad de Oviedo (AST), CD Estela, Pas Piélagos, SAB Torrelavega (CAN), Zornotza Saskibaloi, Askatuak ST, Easo ST, Aloña Mendi, Campus de Álava (EUS), Virgen de la Concha, CB Zamora, Universidad de Valladolid y Basket Burgos (CL), en total 16. No deberían de tener demasiados problemas para incorporarse el CB Marín, Xuventude Cambados, ABO Ourense, CD La Paz y CB Valladolid B. Y desconocemos hacia dónde apuntan definitivamente el Ferrol CB y el Iraurgi SB. El jueves 28 de julio lo sabremos con seguridad.


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org