18 de octubre de 2011

Aprenderé de mis errores

El club torrelaveguense afronta su segunda temporada en Liga EBA tras la decepcionante campaña pasada, en la que cosechó seis victorias y evidenció unas carencias, especialmente ofensivas, que le catapultaron a un descenso deportivo que solo los ímprobos despachos pudieron finalmente evitar. Genera una peligrosa dosis de expectación y dudas, amenazado por la sinuosa sombra del CD La Paz, que pugnará por la hegemonía baloncestística de la capital del Besaya.

El guión de la película se repite, mismo director (Pope Bejar en los banquillos, más manager deportivo) y similar reparto (sigue el mismo bloque del pasado curso deportivo, con la única ausencia notable de Jaime García). La primera gran incógnita es saber si tendrá el mismo triste desenlace; una arriesgada apuesta continuista que pondrá en jaque a la directiva sabista si los resultados no acompañan, ya que el proyecto 2010-2011 fue un chasco (de crítica, que no de público).


Los torrelaveguenses se han reforzado de manera práctica en dos posiciones en las que adolecían de la estabilidad suficiente para desarrollar un juego equilibrado en esta liga. El refutado base Xavi Guía dirigirá los designios del combinado albirrojo, mientras la posición de alero alto la cubrirá Eloy Galofré, jugador que ha dejado una inmejorable imagen a lo largo de la pretemporada. La renovación coral del resto de la plantilla suma numerosos detractores (entre los que cuales me incluyo).

Por lo tanto, con un año de rodaje extra, se presenta en la línea de salida un equipo mejorado respecto a la temporada pasada, en el que figurará nuevamente como jugador franquicia el suancino Jorge León, que a lo largo de la preparación estival ha padecido unos problemas físicos que le han impedido rendir. Su objetivo debería ser la zona noble de la tabla clasificatoria, ya que una exigua permanencia o un nuevo descenso podrían acarrearle una pérdida de la masa social.


JOSÉ ÁNGEL DURÁN AGUIRRE | www.algosemueve.org