7 de noviembre de 2011

Pa habernos matao

Apuntes del Pas Piélagos 65-64 Miguel Robleda

Riesgo de avalancha:  hasta las inofensivas bolas de nieve pueden convertirse en peligrosos y mortales aludes si su trayectoria no se ataja en el inicio de la pendiente. O dicho de otro modo, hasta los rivales más endebles de la categoría pueden causar estragos si se les permite crecerse a lo largo del encuentro. El mal trago final, con el equipo pielaguista sometido a la última posesión burgalesa, pudo evitarse si los renedanos hubieran concretado la sensación que flotaba en el ambiente: que podían romper el equilibrio en cualquier momento del encuentro. Pero no lo hicieron, y con el marcador igualado y los nervios a flor de piel, los favoritismos pierden todo su valor y el imperio de la suerte dicta sentencia. Salió cara.

Festival de imprecisiones:  los burgaleses castigaron severamente al equipo local con sus transiciones rápidas en la primera mitad, ya que sus dificultades en estático eran más que evidentes. En la recta final del partido, fueron los renedanos quienes trataron de aplicarles la misma receta, pero en una concatenación de errores digna de un partido inferior, todos sus contraataques morían en pases defectuosos, pérdidas de balón y bandejas fallidas. El choque se transformó en un correcalles sin sentido, para desesperación de la numerosa y animosa afición renedana. De haber aprovechado mínimamente esos momentos, los pupilos de Ángel Abascal se hubieran ahorrado el sufrimiento de un partido tan emocionante.


Abanico de movimientos:  las faltas personales colocaron al cuadro local en una situación delicada y algunos de sus hombres no pudieron permanecer en cancha el tiempo que su técnico seguramente hubiera deseado. Sin embargo, no parece que sea ésa una coyuntura con la que el entrenador no trabaje, más bien al contrario: maneja a sus jugadores en un abanico de posiciones y no duda en recurrir a las variantes tácticas. Tampoco le tiembla el pulso a la hora de hacer debutar a Pablo Obregón (merecedísimo) en el segundo cuarto del partido y con el conjunto pielaguista a remolque en el electrónico. Este es un detalle que da impulso al trabajo de cantera: las puertas del primer equipo están abiertas a quien se lo gane.


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org
Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos