21 de noviembre de 2011

Rumbo recuperado

Apuntes del Pas Piélagos 93-82 Cafés Aitona

El tiempo de Peña:  El riesgo de que este hombre deslumbre en la cancha es inversamente proporcional a los minutos que restan de partido. Este domingo volvió a destapar el tarro de las esencias con la maestría propia de los grandes. Es un lujo para la categoría y una delicia para los aficionados locales que este jugador haya aterrizado en Renedo. En los momentos más calientes asume la batuta y ejecuta la partitura sin que le tiemble el pulso. Con una muñeca endiablada y una facilidad pasmosa para penetrar en las defensas rivales, resulta indefendible. Y si optan por las faltas, ocho de ocho en tiros libres.


Un bombardeo bélico:  En la primera parte, el enfado del entrenador local con su defensa fue de los que hacen época. Pero no le restemos méritos al contrario: la exhibición del Cafés Aitona desde la línea de 6'25 fue de las que hacen época, con jugadores muy abiertos, una ocupación modélica de las esquinas, anotando incluso cuando una alargada sombra de tres metros salía al punteo del lanzamiento. Y a pesar de todo, los renedanos resistieron (vaya si lo hicieron), hasta el punto de ponerse por delante en la jugada previa al paso por vestuarios (46-45). Ovación de gala del coliseo pielaguista al descanso.

Una comunión perfecta:  Y es que el público del Fernando Expósito está encantado con su equipo. Los jugadores despliegan sobre la cancha un esfuerzo generoso y un juego atractivo. La hinchada responde con ánimos permanentes y una entrega incondicional. La suma de los dos factores provoca que los partidos en Renedo sean más que largos (eternos) para los adversarios. El base donostiarra Íñigo del Valle (gran potencia física, un dolor de cabeza para los pares locales) trató de evitarlo, pero sus esfuerzos se perdieron en la línea de personal. El accidente de Valladolid (90-49 en el tercer cuarto) está más que superado.


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org
Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos