18 de diciembre de 2012

Cambio de chip

Hay ocasiones en las que las cosas no salen como estaban previstas. Sucede todos los días y en todos los órdenes de la vida. En muchos de esos casos, la supervivencia depende de la capacidad de los individuos para adaptarse a esas nuevas circunstancias. De poco sirven los lamentos, porque el pasado resulta inamovible; cada segundo que se gasta en lo que pudo ser y no fue se descuenta del reciclaje de cara al futuro. Un proceso interno no muy distinto a éste se debe estar viviendo en estos momentos en el seno de las dos plantillas cántabras de Liga EBA. Hemos pasado de la lucha por las eliminatorias de ascenso a la pelea por la permanencia pura y dura. Del cambio de chip, de la mentalización para el nuevo objetivo, puede depender el éxito o fracaso de los dos equipos.

Lo que dicen sus trayectorias

En el caso del CD Estela, las estadísticas hablan por sí solas. Los santanderinos están protagonizando el peor arranque de su historia en la Liga EBA (2-6). Esta afirmación tan categórica tiene un matiz muy importante: tampoco era muy difícil, porque en sus cuatro participaciones anteriores los estelistas siempre habían arrancado como motos (mínimo de 5-3). Sus números como locales son decepcionantes, de hecho han claudicado en tres de los cuatro encuentros que han disputado en el Palacio (dos de ellos sobre la mismísima bocina), y su rendimiento a domicilio no es mucho mejor: su único triunfo fue en Renedo, así que no conocen el sabor de la victoria cuando abandonan los límites de la comunidad. Su particular via crucis son los equipos vascos: han perdido con los cinco que ha jugado.


Por su parte, el Pas Piélagos está pagando la racha de catastróficos resultados en la parte más dura del calendario. Curiosamente, la inició con un convincente triunfo ante uno de los máximos aspirantes del grupo, el Zornotza Saskibaloi (88-94), pero lejos de proporcionarle la confianza necesaria de cara al derbi, fue el preludio de su desmoronamiento. Universidad de Valladolid y UPV de Álava mostraron la cara más endeble del conjunto pielaguista, que ha ofrecido síntomas de recuperación cuando el nivel de exigencia de sus rivales ha decaído. Está por ver si la balsámica victoria conseguida ante el colista de la categoría (70-44) fue coyuntural o si, por el contrario, es la constatación de una mejoría en el juego. De momento, el resultado de esta semana en Burgos no lo deja nada claro.

Lo que dicen las sensaciones

El CD Estela ha recibido seguramente un castigo excesivo para los merecimientos que ha acumulado en la cancha. Ha perdido todos sus encuentros por diferencias inferiores a los 10 puntos, no ha sabido administrar sus ventajas y, a pesar de que ha recuperado marcadores adversos, ha fallado siempre en los finales igualados. El resumen de todos esos síntomas es que no manda en los partidos, ha perdido la fiabilidad de la que hizo gala en buena parte de la temporada pasada. La ausencia de su timonel Juampe García no ha ayudado en ese objetivo, como tampoco lo ha hecho la cascada de problemas físicos que se han cebado con sus jugadores desde la semana uno: Álvaro Lombera, Daniel Djukovic, Juan Arnaiz, Milos Martinovic... Sus 17 pérdidas por partido son un lastre inasumible.


La situación clasificatoria del Pas Piélagos parece más entendible a tenor del juego desplegado sobre la cancha. Los abandonos de Alberto Miguel (primero) y César Sañudo (después) han partido en dos la planificación llevada a cabo por el cuadro técnico renedano. Especialmente dolorosa ha sido la salida del segundo, que ha dejado sin rotación a un Jorge León necesitado de minutos de refresco. El rendimiento defensivo ha descendido de manera notable respecto a la temporada pasada debido a la pérdida de pulmón y de intimidación, lo que se ha traducido en más de 82 puntos recibidos por encuentro. Los problemas desde la línea de 6'75 (23%) completan un panorama preocupante, pero con la creciente suma de confianza de las últimas semanas, el margen de mejora parece indudable.

El futuro que les espera

Los dos equipos deberán aprovechar al máximo las fechas navideñas para afinar su puesta a punto de cara a la segunda parte de la temporada. Especialmente intenso promete ser el trabajo que les aguarda a los santanderinos, ya sin su técnico Joaquín Romano, a quien una impoluta trayectoria en el CD Estela no le ha servido para mantenerse en el cargo, a pesar de sus notables éxitos deportivos. El caso es que tanto los unos como los otros deberán volver a tope del parón navideño, porque es entonces cuando el calendario hará más factible una hipotética reacción. El Aquimisa Tormes (12º con 1-7) y el Alberdi Verkol (10º con 2-6), dos rivales directos por la permanencia, serán sus primeras y determinantes piedras de toque. Fotografías | Federación Cántabra de Baloncesto y David Cuesta para el Pas Piélagos


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org