Familia feliz: En su primera semana, el CD Estela ha salido indemne de la salida de su timonel Juampe García. Es todavía demasiado pronto para calibrar el alcance de semejante ausencia, pero el balance del primer envite ha sido satisfactorio. El lugar del palentino lo ha ocupado Jaime García, que lejos de amilanarse ante tal responsabilidad (no ha sido nunca de esos), ha comandado las operaciones con acierto, se ha venido arriba y se ha desatado en el tercer periodo hasta redondear una de sus mejores actuaciones en tierras cántabras. Además, su traslado a la posición de uno ha fulminado la competencia directa a su primo Álvaro Teja: más minutos, más confianza, más resultados (la ecuación que nunca falla). Los zornotzarras han sufrido en sus propias carnes las terribles consecuencias de las mortales radiaciones de la Solana. La familia que juega unida...
Con el control: Los santanderinos han liderado el marcador en 38 de los 40 minutos de partido. Lejos de ser anecdótico, ése es uno de los síntomas que demuestran que las cosas han cambiado. La empresa no era fácil, ni mucho menos: enfrente se encontraba una de las plantillas más cualificadas de la categoría, con la notable ausencia de Toni Lorenzo (cierto es), pero con una de esas parejas interiores con capacidad para anotar a cualquier distancia del aro (Ibon Carreto y Joseba Iglesias). Precisamente sendos triples suyos evitaron que los santanderinos demarraran antes del descanso (37-34), una circunstancia que finalmente sucedió en el retorno de los vestuarios (67-55). Las siete pérdidas sufridas en el arranque del último periodo ensombrecieron el panorama al conjunto santanderino, que en el tramo final echó mano de oficio. No siempre se puede ser brillante.
Cinco de seis: El CD Estela continúa con la escalada en su casillero de victorias (7-9), aunque no en la tabla clasificatoria. Eso sí, la abismal brecha que se formó en el ecuador de la liga entre los aspirantes al ascenso y a la permanencia ha quedado reducida a la mínima expresión. Los santanderinos tienen al alcance de la mano a un tambaleante Universidad de Valladolid y la semana que viene se desplazarán a la fortaleza de uno de los equipos menos en forma del campeonato: ¡el líder Natra Oñati (cuatro derrotas seguidas)!; tras él, llegarán a Santander los universitarios. Seguro que, llegados a este punto, muchos aficionados estelistas sentirán la tentación de mirar hacia atrás y pensar por un momento en lo que pudo ser y no fue, en esos triunfos que inexplicablemente quedaron por el camino. El baloncesto también es un estado de ánimo. Fotografía | Pablo Lanza para el CD Estela
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org
