14 de mayo de 2014

Pas Piélagos: sensaciones encontradas

La décima temporada del Pas Piélagos en la Liga EBA (2004-2014) se presta a una lectura ambivalente. Por un lado, el club renedano ha firmado la mejor clasificación de su historia desde la partición en dos de la conferencia norte (4º); además, ha duplicado el balance de triunfos del curso pasado (del 7-15 al 13-9) y ha batido el record de victorias consecutivas de la franquicia en la categoría (8). Todas esas cifras se convierten, no obstante, en datos menores ante el reconocimiento de una realidad palpable: que el conjunto pielaguista ha desplegado un nivel de juego notable ante sus aficionados, hasta el punto de llegar a parecer inabordable en el Fernando Expósito. La remontada del 19 de enero de 2014 permanecerá para siempre en la memoria de sus seguidores (del 8-36 al 91-70).

En el otro lado de la balanza, la recta final de la temporada ha cercenado la imagen del conjunto pasista. Con todo a favor, instalado en la segunda plaza de la clasificación y con un calendario francamente favorable, los renedanos han desaprovechado una oportunidad única para colarse en la fase de ascenso a LEB Plata; y, curiosamente, lo han hecho con una plantilla de más talento y más experimentada que la de su más directo rival, el Easo ST. Las cinco derrotas encajadas en Euskadi (ante equipos de todos los estilos posibles) y las acumuladas en las pistas del trío de colistas (Centro Mikeldi, Askartza Claret y Deportes Ferrer) han representado un lastre insalvable. La diferencia final de tres triunfos con respecto a la segunda posición (16-6) también parece excesiva.


Así que, en esa guerra de juicios, habrá quien se aproxime al primer párrafo y quien lo haga al segundo. En cualquier caso (y desde nuestro punto de vista) quedarse solamente con cualquiera de ellos representaría una visión sesgada de la campaña. Sería tan injusto no reconocer los méritos deportivos del equipo como esconder sus potencialidades en una categoría en franco retroceso como ésta (y todas). Además, no nos cabe ninguna duda de que los propios jugadores y técnicos son los primeros decepcionados por esta amarga guinda a un dulce pastel. Es lo que sucede cuando se eleva el nivel de autoexigencia: que crece el riesgo de insatisfacción, aunque también el margen de mejora. Por ese motivo chirrían tanto los discursos de conformidad en el mundo del deporte.

Los destacados

Sin duda alguna, la gran noticia de la temporada ha sido la recuperación de David García Peña al máximo de sus niveles. El escolta cántabro (con una facilidad innata para superar los 15 puntos de media) ha impartido unas cuantas lecciones magistrales sobre el parquet del Expósito. En la faceta anotadora le ha acompañado Miguel Ángel Blanco (15'1), infalible en los momentos calientes del partido, y Jaime García (12'7), más cómodo que nunca en tierras cántabras. Con su habitual multifuncionalidad, Juan Arnaiz (10'1) ha representado una carta irrenunciable para su técnico, Ángel Abascal, mientras que Edu Ruiz (tras su llegada en enero) ha proporcionado el salto de consistencia que la plantilla necesitaba. Por su parte, el joven Dani Gómez se ha ganado la tarjeta en el circuito de la Liga EBA.

Como cada año por estas fechas, es el turno para los hombres de los despachos. Será difícil superar la columna vertebral del conjunto pielaguista, especialmente si se mantienen las restricciones del mercado (meramente autonómico) y se acrecienta la competencia en la categoría. La continuidad del técnico garantizaría la pervivencia del estilo (es el equipo que más puntos anota de toda la conferencia) y una mirada a la cantera, aunque fuese prudente, dotaría de una mayor transversalidad al club. A cinco meses del inicio de la competición, con una asamblea de la Federación Española de Baloncesto de por medio y una cascada de noticias administrativas a lo largo del verano, las primeras pinceladas de la temporada 2014-2015 tendrán que esperar un tiempo. Fotografía | David Cuesta para el Pas Piélagos


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org