¿Quién decía que no era su día? En el segundo periodo, cinco errores consecutivos en sus lanzamientos a canasta auguraban una mañana no demasiado fructífera para Miguel Ángel Blanco (a pesar de su irreprochable selección de tiro). ERROR. Tras el descanso, el jugador vasco de 25 años impartió una de sus clásicas lecciones magistrales, especialmente habituales cuando el marcador se aprieta. Un par de triples no menos oportunos de Pablo Sánchez (35 puntos) y los culebreos de Nico Díaz (13) redondearon un buen partido en lo ofensivo. No lo fue tanto en el otro lado de la cancha, de donde llegaron, sin embargo, las tres acciones capitales del encuentro; una mano negra se interpuso en el camino de los burgaleses: en concreto, la de Sam Seck, autor de dos tapones físicos y uno telekinésico en los tres últimos ataques visitantes (providencial entrada).
Para quitarse el sombrero: Pocas veces en cuatro temporadas de seguimiento de la Liga EBA hemos presenciado una lección de orgullo y de carácter como la exhibida este domingo por el Basket Burgos en el Palacio de Deportes. Con las trascendentales ausencias de Txomin López (29' de media), Nacho García (24') y Luis Moro (21'), los pupilos de Miguel Ángel Segura, comandados de manera imperial por Javier Villaquirán (#7), han llevado al límite al líder de la categoría en su propia cancha (76-76). Y lo han hecho tras remontar una situación muy adversa (72-58), con un infalible Álvaro Gómez (28 puntos sin mácula en su estadística de tiro) y una demostración de resistencia digna de elogio. El ejemplar comportamiento del cuadro burgalés ensalza aún más la trabajada victoria santanderina, la sexta consecutiva desde su debut en la Liga EBA. No hay quien les pare.
A pecho descubierto: No se pueden quejar los aficionados de la AD Cantbasket, y no solo por la excelente racha de resultados (6-0), sino también por el desinhibido estilo de juego de su equipo. En estos momentos, los santanderinos poseen la segunda mejor marca anotadora del subgrupo (79'5) y en sus tres comparecencias como locales han rebasado siempre la barrera de los 80 puntos (88+81+90). En una categoría en la que son habituales los cincuentas o los sesentas y el talento se concentra en dos o tres jugadores, semejantes marcas anotadoras suponen una barrera casi infranqueable para la mayor parte de las escuadras. No es la línea ideológica dominante, pero resulta tan o más efectiva que ella. El fundamentalismo defensivo espanta al público y sin público no hay actividad; de primero de marketing. Fotografía | Pablo Lanza para la AD Cantbasket
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org