En el Grupo A, la situación no varía en cuanto a su composición. Se mantienen los dos subgrupos (A-A y A-B), cada uno de los cuales estará compuesto por 14 equipos (28 en total). En todo lo demás, se avecinan cambios. Solo tres equipos accederán a las fases de ascenso a LEB Plata (el cuarto se fuga al Grupo D, que aporta al vigente campeón de la Liga EBA); las tres plazas se adjudicarán directamente a los campeones de cada uno de los dos subgrupos (1º A-A y 1º A-B) y al mejor segundo clasificado. Por lo tanto, desaparecen las eliminatorias a doble partido de las temporadas 2010-2011 y 2011-2012.
Aumenta el peligro
La segunda gran novedad se encuentra en las plazas de descenso directo. No serán seis los conjuntos que desciendan a la Primera División (como sucedía hasta la fecha), sino siete (sin contar los arrastres que se pudieran producir desde la LEB Plata). Y todo ello porque tampoco serán seis, sino siete, los equipos que suban desde las categorías autonómicas: dos gallegos, dos vascos+navarros+riojanos y (aquí viene la gran novedad) un castellano-leonés, un asturiano y un cántabro. La FBPA y la FCB se apuntan un tanto con este movimiento: se garantizarán un ascenso a la Liga EBA por temporada.
Además, las bases de competición aprobadas por la FEB establecen los nuevos criterios que se van a aplicar en la adjudicación de vacantes (se establece un orden por autonomías para los equipos que procedan de la Primera División). Y una cuestión no menos importante: se pone negro sobre blanco la distribución de los dos subgrupos: se tendrán en cuenta la situación geográfica, los derechos deportivos y (en caso de clubes de la misma ciudad), las temporadas consecutivas en la Liga EBA. Así las cosas, y llegado el caso improbable, el CD Estela tendría prioridad en el reparto sobre la AD Cantbasket.
Llega el caos
En el resto de las conferencias, se acentúa la sensación de reino de taifas. La normativa ni siquiera establece el número de integrantes del Grupo B (el madrileño); el C (el catalán, al que se incorporan las escuadras baleares) se parte en dos subgrupos de 10 equipos cada uno; el D (el andaluz) se divide en otros dos de 8 o 10 equipos, con hasta cuatro fases distintas; y el E (el valenciano) también se fragmenta en dos, con 8 cada uno. En total, y si se cumplen las previsiones de la FEB y de sus federaciones autonómicas, serían 18 conjuntos más, con sus correspondientes avales, depósitos, licencias, transfers y sanciones.
En definitiva, la temporada 2015-2016 supondrá la balcanización de la Liga EBA, una categoría que, tras 21 años de existencia, corre peligro de extinción por la incapacidad de sus dirigentes, con un sistema de competición poco menos que indescifrable y unos protagonistas (clubes, técnicos y jugadores) que pagarán en sus propias carnes los errores ajenos y los silencios propios. En fin, así se escribe desde hace años la historia del baloncesto español, entre la autocomplacencia de los unos y la displicencia de los otros. Para tranquilidad y sosiego de los primeros, aquí no hay partidos emergentes.
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org