20 de octubre de 2011

Con las máximas expectativas

El máximo representante del baloncesto capitalino volverá a tomar parte en la Liga EBA. Tras la decepción de no poder conseguir durante el verano los apoyos necesarios para afrontar con garantías la salida en la LEB Plata, para este curso se apunta como objetivo la consecución del ascenso en las canchas. El excelente rendimiento de la exitosa temporada pasada deberá ser superado para lograr un ambicioso objetivo, que no dará cabida al más mínimo error cuando llegue el tramo final de la competición.

Para afrontar este ejercicio tan ilusionante, el club ha puesto toda la carne en el asador para mantener a los pilares básicos de la pasada campaña y, por si ello no fuera suficiente, ha ido con fuerza al mercado estival para poner la guinda al proyecto. Especial relevancia tiene el retorno a un equipo de la región de Alberto Miguel, tras casi una década alejado de Cantabria. Su nivel de juego se antoja superior al de la actual Liga EBA, siendo su incorporación un sueño hecho realidad para cualquier aficionado estelista.


Entre los factores que podrían decantar la balanza hacia el lado del fracaso se halla la capacidad de la plantilla para convivir con la presión. No se permitirán excusas ante las expectativas creadas y el hecho de partir como favoritos puede ser un excelente caldo de cultivo para la tensión si los resultados no acompañan. Por otra parte, un objetivo tan claro ha de materializarse en unas fechas muy concretas, por lo que la suerte que se tenga en las mismas será uno de los jueces más determinantes del proyecto.

La amplitud de plantilla se perfila mayor que la pasada temporada, pudiendo facultar al técnico a una mayor rotación de jugadores. Esto debería desembocar en una mayor frescura ante conjuntos que viven la realidad de la actual Liga EBA, donde se cuenta con quintetos muy definidos que aglutinan la mayoría de los minutos. Aparte de la obligación de ganar, también deberán realizar un juego atractivo para los aficionados, a fin de aumentar el número de seguidores habituales y evitar el aspecto desolador que suele presentar el Palacio.


IVÁN PELÁEZ HERREROS | Entrenador de baloncesto