8 de enero de 2012

El derbi cambia de color

Apuntes del SAB Torrelavega 85-75 Merkamueble

Momentos amarillos:  algunos de los jugadores visitantes menos habituales asumieron un papel primario en los compases iniciales. Borja Simón se marcó un par de acciones marca de la casa (no volvió a salir) y Cástor Conde ahondó en la herida albirroja con un canastón lateral a seis metros (21-29). Su aparición fue tan sorprendente como la decisión (acertada) de Pope Béjar de asignar a Eloi la defensa de Raúl Respuela. El SAB se presentó en el partido con ocho jugadores disponibles y una rotación interior bajo mínimos (Juanma Fernández finalmente no compareció).

Basu ejecutor:  resulta muy reconfortante que el protagonista del derbi torrelaveguense sea precisamente un chico de la ciudad, de apenas 20 años, que durante toda la temporada ha esperado con paciencia su oportunidad y que, llegado el momento, la ha aprovechado mostrando toda su clase. Su facilidad natural y su conexión con la grada hacen de él un tipo especial, sencillo, pero especial. En estos tiempos en los que el talento escasea, sometido a la dictadura del físico, el club torrelaveguense no puede permitirse el lujo de perder un diamante en bruto de este calibre.

Maestro de ceremonias:  está empezando a gustarse. Este sábado presenciamos la versión más espectacular del representante sabista en la Guerra de los Xavis: canastas imposibles, asistencias de ensueño y una dirección notable. Fue una segunda mitad extraordinaria, con Riancho partiendo en seis las caderas de sus rivales, Galofré abortando los tiros contrarios cual escudo antimisiles, Masa desempolvando su catálogo ofensivo y Teja matando desde la línea de 6'25. El SAB acabó con la resistencia mueblera (67-67) con un festival de triples (once en total).

Un derbi exquisito:  el partido se desarrolló en unos cauces de limpieza absoluta: ni un solo mal gesto, ni una voz altisonante por ninguno de los dos bandos. La rivalidad bien entendida produce un poso de satisfacción del que podemos sentirnos orgullosos. Ni las mejores casas están exentas de que se cuelen elementos indeseables, pero su ausencia total es el síntoma más claro de que en este deporte y en estas tierras no tienen espacio. No esperábamos otra cosa dada la trayectoria de los contendientes.


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org