13 de febrero de 2012

El primer tren ha escapado

Apuntes del SAB Torrelavega 80-81 Cafés Aitona

Un equipo serio:  esa fue la impresión que causó el Cafés Aitona en la segunda mitad, en la que mostró un ataque contra zona perfectamente estructurado, con el ex-baskonista Asier Arzallus como principal ejecutor (21 puntos) y Carlos Martínez como acompañante (otros 20), entre ambos el 50 por ciento de los puntos de su equipo. Los donostiarras demarraron escasamente hasta los 10 puntos, pero semejante diferencia en sus manos equivale a los 15 tantos en cualquier otro conjunto de la liga. El SAB Torrelavega reaccionó falta técnica mediante (cero puntos sacaron de provecho los visitantes) y se agarró a la heroica como suspendedor a septiembre. Todo es posible, hasta que desgraciadamente deja de serlo.

Siete contra siete:  la confianza de los técnicos en los jugadores de banquillo es inversamente proporcional a las jornadas consumidas. Esta máxima baloncestística alcanzó su apogeo el pasado sábado en el Vicente Trueba, no en vano se citaban cuatro de los seis jugadores más utilizados de la liga (dos por bando). En el conjunto local, Álvaro Fernández apareció en la cancha a tres segundos del final, cuando tres compañeros suyos ya la habían abandonado por faltas personales. Con 78-81, Eloi Galofré anotó el primer tiro libre y tiró a fallar el segundo; lo metió. Poco antes, Xavi Guía lanzaba el triple de la victoria; no tocó el aro. Cosas que pasan, o si lo prefieren, justicia divina: no se puede pretender (siempre) ganar en tres minutos lo que se ha perdido en 37.

Pérdida de fuelle:  los torrelaveguenses han caído en cinco de sus últimos ocho compromisos; frente a los tres primeros clasificados, han entrado en los minutos decisivos con una clara desventaja en el marcador; sus números como locales (4-3) son inferiores a los que acreditan sus vecinos (5-3); y sus dos próximas salidas son temibles. La ocasión era de las que hacían época: un triunfo ante el Cafés Aitona le hubiera situado como máximo favorito a la segunda plaza, con la garantía de salir victorioso de prácticamente todos los empates. Con la derrota, los sabistas dicen adiós al subcampeonato y, peor aún, están poco menos que obligados a asaltar el coliseo renedano para mantener sus opciones. Es lo que pudo ser y no fue. Y hay trenes que solo pasan una vez.


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org