Una exhibición de orgullo: En el mundo del deporte, hay determinados momentos en los que las cuestiones técnico-tácticas pasan a un segundo plano y factores como el esfuerzo, la entrega, el afán, el hambre, la casta o el orgullo toman la delantera. El pasado sábado tuvo lugar uno de ellos. Después de treinta minutos de inferioridad manifiesta, los muebleros echaron mano de su indomable espíritu campeón para obrar una remontada imposible, de esas que permanecerán para siempre en el recuerdo de los aficionados amarillos. Con la guadaña acechando en el ambiente, los torrelaveguenses sacaron a relucir su instinto de supervivencia y, armados de valor hasta los dientes, asestaron a su rival un golpe fatídico (28-11 en el último periodo) sin tiempo para la reacción.
Una renta imperdonable: el SAB Torrelavega fue víctima de la incredulidad de quien ve caer su vivienda y no sabe qué demonios hacer para detenerlo. Con un adversario completamente atascado ante su persistente defensa zonal (48 puntos en tres cuartos de juego), los sabistas coronaron el tercer periodo con hasta 14 puntos de diferencia. Xavi Guía penetraba en la retaguardia amarilla como cuchillo en mantequilla, mientras Álvaro Fernández aplicaba su muñeca desde la línea de 6'25 (suyo fue el único gesto enarbolador hacia la grada rojilla). No estuvieron a su misma altura Miguel Jenaro (cinco faltas en 18 minutos) ni un desafortunado Eloi Galofré (29% en tiros de campo); el jugador tarraconense se ha ganado a pulso, sin embargo, el derecho al error; solo faltaría.
Que veinte años no es nada: en el descanso del partido, el club amarillo rindió un merecido tributo al jugador más emblemático de la plantilla, Raúl Respuela. El ala-pívot recibió una enorme camiseta enmarcada de manos de su presidente y su director deportivo en conmemoración por sus más de dos décadas en las canchas. En ataque no estuvo demasiado fino, pero sus 20 rebotes (solo 6 menos que todo el SAB) contribuyeron a que su conjunto doblara a su rival en este apartado estadístico. Paco Masa (20+13) estuvo enorme en los minutos de la verdad y Juan Arnaiz (18+9) se mostró con una constancia exquisita. Merkamueble cumplió con su parte del contrato, pero las cuentas volvieron a darle la espalda. En el CD La Paz, sin embargo, sigue habiendo apetito EBA.
Los finales de curso del SAB: en sus tres temporadas en el SAB Torrelavega, los equipos de Pope Béjar han descrito siempre trayectorias descendentes. El entrenador deberá trabajar a destajo con sus pupilos para, a partir de ahora, invertir esa dinámica. Las dos últimas derrotas (dolorosas como las que más) han menoscabado la confianza de los aficionados en su equipo, pero la cita que les aguarda es lo suficientemente importante (histórica para el club) como para pensar en la posibilidad de un reset. Todos tienen tres semanas por delante para volver a la senda adecuada antes de abordar al imparable líder del grupo gallego, el Establecimientos Otero, en la primera de las tres eliminatorias por el ascenso a la Liga LEB Plata, en las que también estará el CD Estela. Fotografía | CD La Paz
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org
