18 de noviembre de 2012

Susto o muerte: muerte

Apuntes del CD Estela 71-72 CB Santurtzi

Dos errores fatales:  Con 71-70 en el marcador, el serbio Milos Martinovic (uno de los grandes sostenedores del CD Estela en el último cuarto) marró dos tiros libres capitales; en la jugada siguiente, el palentino Juampe García cometió una falta personal totalmente evitable, cuando el partido estaba muerto. Marcos Casado ejecutó a los locales desde los 4'60 (71-72) a falta de un segundo y ¿seis? décimas, con los locales sin tiempos muertos (sospechamos) para trasladar el balón a campo contrario. Lo cierto es que los santanderinos mandaron durante 35 minutos, con rentas nunca superiores a los ocho puntos pero, sobre todo, con la sensación de que en ningún momento se hicieron con el dominio del encuentro. Tampoco el CB Santurtzi, que obtuvo una recompensa exagerada para sus escasos merecimientos. Un buen homenaje al fallecido padre de su presidenta (nuestras condolencias).

Números que preocupan:  Las 23 pérdidas de balón acumuladas por el cuadro santanderino en la tarde del sábado disparan las alarmas: son nueve más que las que promediaba la pasada temporada. También resulta inexplicable que un equipo que captura únicamente 18 rebotes (casi la mitad que su adversario) no solo tenga opciones de victoria, sino que además acabe apuntándosela. En el apartado individual, el CD Estela necesita de sus escoltas: Jaime García demuestra una actitud extraordinaria, pero su equipo también precisa de su acierto ofensivo; en el caso de Álvaro Teja, parece que, tras dos años en el Vicente Trueba, su periodo de adaptación se está alargando. El que recupera sus mejores estadísticas es Álvaro Lombera, que por segunda semana consecutiva ha franqueado la barrera de la veintena. Lombo ha vuelto (si es que alguna vez se ha ido).


De juzgado de guardia:  Podemos llegar a entender que se señalice una técnica a un jugador que protesta desde el parquet después de sufrir un meridiano empujón; incluso que se obvien cuatro contactos seguidos que terminan con un base de 1'92 por los suelos, con el posterior contraataque de 1x0; o que se sancione un 3+1 con el lanzador estirando las piernas para impactar con el defensor; o que se yerre el saque de banda que decide el partido; todo, en los dos últimos minutos del choque. Lo que ya no es tan perdonable es que tres de esos errores procedan de una mala situación en el campo o de una invasión flagrante de la zona de responsabilidad del otro colegiado. Tampoco nos complacen las interrupciones de cinco minutos a cuento de nadie sabe qué, la influenciabilidad ni la falta de personalidad. Los árbitros también estamos expuestos a la crítica. Fotografía | Pablo Lanza


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org