El único jugador español que participó en esa liga de verano fue David Doblas, algo curioso si tenemos en cuenta que también la disputó Serge Ibaka, quien tras su nacionalización dos años después, acabaría defendiendo la camiseta de la selección española senior. El pívot del Gipuzkoa Basket llegaba, según sus propias palabras, para probar tres días con el equipo de Toronto. Si los entrenos van bien y hay posibilidad de jugar algún minuto, me quedaré; si no, pues tan contento y para casa de nuevo.
Los entrenos no le debieron ir mal, ya que tuvo la posibilidad de vestir la elástica número 40 de los Raptors en Nevada. En su vivencia, compartiría vestuario entre otros con un DeMar DeRozan que acabaría convirtiéndose con el tiempo en todo un all-star e internacional absoluto por los Estados Unidos. El calendario competitivo de la franquicia canadiense constaba de cinco encuentros: los dos primeros se saldaron con derrotas (Lakers y Pistons) y en los tres postreros se alzó con la victoria (Blazers, Suns y Bucks).
El poste cántabro acabaría firmando unos promedios de 2'0 puntos y 2'0 rebotes en siete minutos de juego. Pero lo vivido por un jugador asentado en la élite del baloncesto nacional fue algo al alcance de unos pocos: La experiencia es increíble en todos los aspectos. Esto es otro mundo en cuanto a organización, hoteles o entrenadores especializados. El juego es completamente diferente. Es mucho más individualista, con transiciones muy rápidas. Fotografía | Getty Images para la NBA
IVÁN PELÁEZ HERREROS | Entrenador de baloncesto