20 de mayo de 2011

14 años del ascenso


Llevamos una semana melancólica, y no es para menos. Hoy, 20 de mayo de 2011, se cumplen catorce años del mayor hito en la historia del baloncesto en nuestra comunidad. Hoy, 20 de mayo de 2011, se cumplen catorce años del ascenso del Caja Cantabria a la máxima categoría del basket nacional. Hoy, 20 de mayo de 2011, se cumplen 14 años del momento más emotivo y memorable para toda una generación de aficionados, cuyos sueños se convirtieron en realidad. Fuimos unos afortunados y nunca lo olvidaremos.

Cuando fuimos los mejores (2007)

Aquella temporada 1996-1997 la Federación Española de Baloncesto creaba la Liga LEB, la nueva categoría profesional del baloncesto nacional, que servía como antesala a la Liga ACB y que había seleccionado a los equipos punteros de la Liga EBA. Y entre ellos estaba el Caja Cantabria, que tan sólo un año antes había completado la mejor campaña de su historia, cayendo en los cuartos de final del sector de ascenso ante el Patronato Bilbao (por aquel entonces, su auténtica bestia negra).

Con Quino Salvo a los mandos de la nave torrelaveguense y con un jovencísimo Dani García como ayudante, el Caja Cantabria enlazaba siete victorias consecutivas de inicio para situarse como líder en solitario. La racha de imbatibilidad acabó con la visita del potente Melilla Baloncesto, que en un final marcado por la polémica con la mesa, ganaba por uno en el Vicente Trueba (88-89). Aquella fue la primera de las dos únicas derrotas (ambas por la mínima) que encajaron los torrelaveguenses en su propio feudo, cuyo infernal ambiente le valió el apelativo de la Bombonera del Cantábrico.

Recuerdos imborrables

Por aquel entonces, en el Vicente Trueba se escuchaban las melodías de Paul Carrack, los aficionados cantábamos como tontos la publicidad de una emblemática marca de muebles (piensa en tu casa, piensa en Lostal, lo tiene todo para tu hogar: baños, cocinas, suelos...), la Peña Leyendas coreaba aquello de Si no eres de Cantabria jód... y una persona de avanzada edad gritaba incesantemente desde la última fila (fuese como fuese el partido) tranquilos, que están cansaos. Descubrimos además que allí se podía jugar al baloncesto sin las canastas-andamio que colgaban del techo.


La temporada no fue un camino de rosas: mediado el curso, los cántabros encajaban cuatro derrotas en cinco encuentros, la segunda de ellas tras un dramático desenlace en la ciudad del Principado: el Andorra, recién descendido de la Liga ACB, ganaba (76-75) con un triple más adicional sobre la mismísima bocina del partido. Los jugadores y el cuerpo técnico del equipo se conjuraron, apretaron los dientes y liquidaron cualquier atisbo de duda con un brillante final de campeonato, en el que, sin embargo, el Gijón Baloncesto les arrebataba sobre la línea de meta el liderato que habían monopolizado.

El momento de la verdad

Pero lo mejor estaba por llegar, porque en apenas un mes, el Caja Cantabria lograría los dos hitos más importantes en la historia de nuestro baloncesto: en abril alzaba el primer título nacional de toda su historia, la Copa Príncipe, en un engalanado Vicente Trueba, ante el Gijón Baloncesto de Luis Casimiro; y apenas unas semanas después, sobre el mismo escenario y con más de 4.000 personas pertrechadas en un escenario de 3.000, conquistaba el histórico ascenso a la Liga ACB frente al Breogán.

A todos los que nos hicieron disfrutar de aquella inolvidable temporada, a los trece héroes del ascenso (técnicos y jugadores), al preparador físico Rufino Díaz, al director deportivo Nacho Cobo y al presidente Nilo Merino (allí donde esté) y toda su junta directiva sólo podemos decirles una cosa: GRACIAS por todo lo que vivimos.


Publicado el 29 de junio de 2007 en www.jugon.net