A la espera de la reacción: El Pas Piélagos viaja a la capital donostiarra con el objetivo de recuperar las constantes vitales, tan debilitadas en el último mes de competición. Para ello, tendrán que combatir el endeble estado de ánimo que les constriñe: los pielaguistas se vienen abajo a la primera adversidad. La mayor responsabilidad recae sobre los jugadores llamados a marcar las diferencias, pero no solo sobre ellos: es el momento de que la segunda unidad dé un paso al frente y reivindique su posición en el equipo. El Gasca nunca ha sido territorio fácil para los conjuntos cántabros (2-6 la pasada temporada) y especialmente para el Pas Piélagos, que ha perdido allí sus tres últimas visitas. El Easo Arruabarrena, equipo coral, marcha cuarto con un balance de tres victorias y dos derrotas, todas ellas a domicilio. Que los renedanos lleven el té, que ellos ponen las pastas. Fotografía | Pablo Lanza
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org