11 de mayo de 2015

No podía acabar de otra forma

Apuntes del Pas Piélagos 63-84 CB Santurtzi

No hay más cera que la que arde:  No se puede decir que, dada la catarata de ausencias del Pas Piélagos, la victoria del CB Santurtzi resultara sorprendente. Pero con la permanencia en juego y ante un rival que había decepcionado (y mucho) en el transcurso de la temporada, seguro que los aficionados renedanos esperaban un comportamiento bien diferente: a un equipo que, consciente de su inferioridad, saliera a morder desde el primer minuto del choque, que resistiera en la cancha por lo civil o por lo criminal y que, en última instancia, vendiera cara su derrota. Pues bien, eso solo sucedió en un momento, cuando los locales divisaron los 20 puntos de desventaja en el segundo periodo; con un gran esfuerzo, igualaron la contienda en el tercero (45-45) pero, de la misma forma que llegaron, se marcharon. Ni siquiera un omnipresente Paco Masa (23+10) pudo evitar el trágico desenlace final.


Las excusas y las explicaciones:  Es posible (y no sin cierta razón) que el descenso de categoría se explique como la consecuencia de la plaga de lesiones acumuladas desde el inicio de la competición. Ahora bien, ¿por qué se ha producido esa racha interminable de problemas físicos? No somos de esos que cuestionan las dinámicas de trabajo (no lo hemos hecho en toda la temporada), pero llegados a este punto de no retorno, con la campaña ya acabada, y siguiendo la máxima de que se juega como se entrena, sería interesante que se reflexionara sobre lo que ha sucedido en el día a día. En una categoría hipercompetitiva como la Liga EBA, en la que incluso los conjuntos menos cualificados se implican con un comportamiento quasiprofesional, no se pueden hacer concesiones de semejante calibre. Lo más inexplicable de todo es que esto lo haya hecho el club que mejor conoce, con diferencia, la categoría.

El alto precio de las malas decisiones:  La derrota del Grupo de Santiago en la cancha del colista (justo el resultado que necesitaba para lograr la permanencia) fue el remate final a la desgraciada tarde sabatina en el Expósito. Ahora se abre para los renedanos un periodo de gran incertidumbre, que comenzará con la disputa de las fases de ascenso (precisa que suban a LEB Plata dos equipos el Grupo A), continuará con el interminable plazo de inscripciones y, en el peor de los casos, culminará con las sucesivas prórrogas. Sea como fuere, los pasistas quedan en una situación de desventaja respecto a los dos equipos de la capital, cuyo futuro en la liga parece asegurado, y está por ver las consecuencias que causa en la plantilla una campaña tan dura como la acabada. La mejor noticia es que lo afrontará con su habitual fiabilidad económica. A pesar de todo, no se han vuelto locos. Fotografía | David Cuesta


MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org