Esto significa que el descenso de una escuadra de la Liga LEB Plata de cualquiera de las comunidades autónomas de la conferencia norte (Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Euskaki, Navarra y La Rioja) provocaría un efecto de arrastre en nuestro grupo de la Liga EBA. El descenso pondría en riesgo a los dos equipos clasificados en el 9º puesto: el del subgrupo A-A (el cántabro) y el del subgrupo A-B (el gallego), un hecho que daría una enorme trascendencia a la eliminatoria que ambos jugarán al cierre de campaña.

La buena noticia es que esta temporada solo desciende uno de los 15 equipos que componen la Liga LEB Plata. La mala es que hay hasta seis conjuntos norteños en esa categoría, y que cinco de ellos se encuentran en este momento en plena lucha por la supervivencia; el Oviedo CB (Asturias) y el Óbila CB (Castilla y León) poseen un colchón de dos triunfos sobre la zona de descenso, mientras que el Iraurgi SB (Euskadi), el Básquet Coruña (Galicia) y el CB Santurtzi (Euskadi) apenas tienen margen de una victoria.
Naturalmente, todas estas hipótesis se sostienen sobre la premisa (ciertamente irreal) de que son los méritos y deméritos deportivos los que determinan en qué categoría compite cada cual. Sin embargo, como cada verano, las renuncias, las vacantes y el intercambio de plazas se encargarán de dibujar un panorama bien diferente. En cualquier caso, conviene ser precavido, no sea que el 17 de abril (fecha en la que concluyen ambas competiciones) haya que arrepentirse. Ya lo dice el dicho: hombre precavido vale por dos.
MARIO TAMAYO CASTAÑEDA | www.algosemueve.org