El choque más dramático en la historia del Vicente Trueba se vivió el 15 de mayo de 2001. Ese día, casi 6.000 aficionados pusieron en riesgo su salud cardiovascular en pro del equipo torrelaveguense. La victoria salvaba matemáticamente a los cántabros del descenso, pero la derrota les mandaba directamente a los infiernos. En una caldera volcánica, al punto de ebullición, con una tensión elevada a la máxima potencia y unos nervios desorbitantes, el Caja Cantabria acabó doblegando al CB Gran Canaria (sospechosamente extramotivado) y desanudando las gargantas de sus fieles seguidores, en estado catatónico durante los cuarenta minutos de juego. La apoteosis final compensó todo el sufrimiento.
Imagen | El Diario Montañés
