Gota a gota | 9 de diciembre de 2006
El Inoxidables Astillero SAB salió con la decidida intención de hacerse con el ritmo del partido y su intento se saldó con éxito durante los diez primeros minutos del choque. Con una plantilla más veterana y el promedio anotador más bajo de la categoría, parecía razonable el guión diseñado desde el banquillo. Los locales alargaron sus posesiones y abortaron cualquier tentativa de contraataque, incluso propio, a fin de llevar el juego al terreno que más les convenía.
Merkamueble apareció sobre la cancha sin un base puro, con Paco Masa sustituyendo al ausente Rafa Castillo y al suplente Alberto Liaño, de tal modo que no podía ofrecer alternativa al tempo de su adversario. Pero los amarillos tampoco se sintieron especialmente incómodos ante esa circunstancia: de hecho, se marcharon por delante al final del primer periodo (13-16) y esperaron pacientemente su momento.
Poquito a poco
Y ese instante llegó mediado el segundo cuarto. Tras la primera aparición en escena de Raúl Respuela (ocho puntos consecutivos, triple frontal incluido), Jorge García tomó el testigo anotador y elevó la ventaja visitante a la psicológica barrera de los diez tantos (25-35). El jugador amarillo, reconvertido a la posición de alero por el overbooking de jugadores interiores, no volvió a anotar en todo el partido, pero he aquí que lo hizo en el momento preciso.
A la vuelta de vestuarios, los amarillos prosiguieron con su ritmo de juego constante e hicieron gala de su superioridad en la pintura para poner tierra de por medio (40-60). Amador Díaz (12 puntos) volvió a demostrar, una vez más, que los años no pasan en balde, pero desde el punto de vista más positivo: su experiencia le convierte en un lujo para cualquier equipo y su aportación desde el banquillo no tiene precio, ya sea en las labores más arduas (con actitud defensiva y rebotes) o en ataque con sus puntitos.
El conjunto local realizó un último intento de remontada en el cuarto periodo (55-65), dejando a su adversario sin anotar durante casi cinco minutos. Pero sus esfuerzos se ahogaron en una inoportuna gotera surgida en el centro de la cancha, que mantuvo el choque parado durante casi media hora (¿no habían reparado la cubierta del pabellón?). De ese modo, los minutos de calidad de Jerónimo López y el extraordinario partido de Dani García (18 puntos) se quedaban sin recompensa. El SAB tiene un mes por delante para revisar sus defectos.
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